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Paraguayos

Paraguayos

Los paraguayos nacen como una mutación de los melocotones, manteniendo su piel aterciopelada pero con una forma aplastada y de menor tamaño. Son jugosos, frescos y dulces como los melocotones. Podemos encontrar paraguayos con una pulpa más blanca o anaranjada, con el hueso más pegado a la carne o menos, o con la piel más verdosa o rojiza.

Sus componentes no ayudan a:

  • Los paraguayos son ricos en carotenos, con propiedades antioxidantes y anticancerígenas, especialmente en la protección del cáncer de estómago.
  • Consumir paraguayos, melocotones o albaricoques, garantiza el buen estado de la piel, dientes y vista, además, podría prevenir estados de ansiedad o estrés.
  • Vitamina C (o ácido ascórbico), favorece el sistema inmunitario, previene enfermedades vasculares al reducir la tensión arterial, y es empleada en tratamientos contra alergias como el asma o la sinusitis. Tiene un destacado papel en el mantemiento de cartílagos, huesos y dientes, ayuda a la absorción del hierro no hémico, y es imprescindible en la formación de colágeno, por lo que previene contra afecciones de la piel y contribuye a la cicatrización de heridas y quemaduras.
  • Agua (86,60%). Favorece la hidratación de nuestro organismo.
  • Hidratos de carbono. La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que encontramos en alimentos ricos en carbohidratos. Gracias al carácter hidrofílico de los carbohidratos, este alimento constituye también una fuente de obtención rápida de energía.
  • El resto de nutrientes presentes en menor medida en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: fibra, potasio, vitamina E, yodo, calorías, magnesio, vitamina B9, carotenoides, vitamina B2, vitamina B3, hierro, vitamina B, vitamina B6, fósforo, calcio, proteínas, selenio, cinc, vitamina A, ácidos grasos poliinsaturados, grasa, ácidos grasos monoinsaturados, sodio y ácidos grasos saturados.